Para enfrentarnos a nuestros miedos se tiene uno que preparar mentalmente para el afrontamiento, no vale el tomar la decisión y ponerse a ello. Antes es conveniente elaborar una lista exhaustiva de todos ellos y comenzar por los más fuertes, los que más miedo nos dan, visualizándose en ellos, visualizándose total y completamente metido dentro de la situación o situaciones que nos producen temor, adivinando las vertientes por las que nos podemos ir, las huidas o excusas a las que nos podamos agarrar para evitar la situación crítica, teniendo claro en nuestra mente: “no nos va a suceder nada malo”.
Lo que mantiene “hinchada” la ansiedad es nuestro miedo, nuestra huida, la lucha mental. Nuestro slogan de dialogo: “ignorar a la mente”.
Tenemos que sentir los síntomas, tenemos que tener la sensación de que estamos en el barro metidos, describiéndonos a nosotros mismos lo que sentimos en esos momentos, no para sentirnos mejor sino para que nos demos cuenta de que estamos realmente implicados en el tema.
La mejor forma de dejar de temer a una emoción negativa, ya sea ansiedad, abstinencia… es aceptarla de la forma más profunda posible, que te rindas, cuando conseguimos hacerlo aparece la paz, siempre. Deja de dar brazadas, deja de luchar, tírate a la piscina sin pensártelo dos veces, aun a riesgo de tu vida, total la que tienes es una mierda.